En diálogo con Infobae Perú , Rubén Vargas, exministro del Interior, realizó una grave comparación entre la situación actual de la criminali...
En diálogo con Infobae Perú, Rubén Vargas, exministro del Interior, realizó una grave comparación entre la situación actual de la criminalidad en Lima y los tiempos más oscuros del terrorismo en el país. “La situación se ha desbordado”, advirtió Vargas, refiriéndose a la violencia que afecta a la capital, donde varias empresas de transporte público han detenido sus operaciones ante las constantes extorsiones, amenazas y agresiones que sufren sus choferes, cobradores y pasajeros.
El paro de los transportistas ha afectado a mile
s de usuarios en los distritos de Ancón, Puente Piedra, Los Olivos, San Martín de Porres y San Juan de Lurigancho, quienes quedaron varados en diversos paraderos de Lima Metropolitana. Según el gremio de transportistas, esta medida es una respuesta a la inacción del gobierno de la presidenta Dina Boluarte frente al cobro de cupos que ya ha cobrado la vida de varios trabajadores y dejado heridos a pasajeros.
Vargas también criticó duramente al Ejecutivo y al Ministerio del Interior, asegurando que el gobierno tiene “otras prioridades” y ha dejado a la ciudadanía a merced del crimen organizado. “El mismo grito de auxilio lo han dado los bodegueros, pero nadie le hizo caso y ahora los bodegueros están sometidos o han cerrado sus emprendimientos. Lo mismo pasó con los restaurantes y lo mismo pasa con todos los otros negocios pequeños o medianos de los barrios que nuevamente están sometidos al crimen”, declaró Vargas.
El exministro fue más allá al afirmar que tanto la presidenta Boluarte como el ministro del Interior, Vicente Romero, se han convertido en parte del problema. “Con estas acciones, el gobierno solo confirma su absoluta miopía y ligereza para enfrentar los problemas del crimen organizado”, criticó Vargas, subrayando que no existe una estrategia clara para hacer frente a la delincuencia.
Finalmente, Rubén Vargas comparó la actual situación con la época del terrorismo en Perú, cuando “había zonas en Lima que estaban liberadas” y las autoridades no podían entrar. “La que ponía las reglas del juego de convivencia cotidiana eran los terroristas o narcotraficantes”, explicó, advirtiendo que ahora las organizaciones criminales transnacionales controlan territorios en varias partes del país, donde se dedican a la extorsión, secuestro, microcomercialización de drogas y trata de personas.
“La situación es alarmante, y el gobierno ha abandonado a la población”, concluyó Vargas.