En Bolivia se ha desatado una crisis profunda a raíz de la reciente exclusión del expresidente Evo Morales de las próximas elecciones, decis...
.jpg)
En Bolivia se ha desatado una crisis profunda a raíz de la reciente exclusión del expresidente Evo Morales de las próximas elecciones, decisión respaldada por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Electoral. Morales, que gobernó entre 2006 y 2019 y ya cumplió tres mandatos, no puede postular nuevamente por restricciones constitucionales.
En respuesta, sus seguidores han organizado masivas protestas, bloqueando al menos 28 puntos en carreteras de departamentos como Cochabamba, Oruro, Potosí, La Paz y Santa Cruz. Estos bloqueos, además de buscar presionar el reconocimiento de su candidatura, están profundizando una crisis económica caracterizada por escasez de combustible, alimentos y divisas, además de inflación alta, lo que ha provocado pérdidas millonarias.
El gobierno de Luis Arce ha denunciado a Morales por delitos de “terrorismo” e instigación pública, acusándolo de tratar de coartar las instituciones y desestabilizar el país. Mientras tanto, el MAS se encuentra dividido: Andrónico Rodríguez ha sido aceptado como candidato, impulsado por Arce, pero enfrenta la oposición de los seguidores de Morales.
La crisis pone en duda la estabilidad democrática en Bolivia, al evidenciar la fractura entre la justicia electoral, las facciones internas del MAS y la grave situación económica. El 17 de agosto será la prueba decisiva, en medio de un pulso electoral que trasciende lo político y se convierte en un conflicto institucional y social.
