La Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP) se encuentra hoy sumida en una profunda crisis. Una huelga nacional convoc...
La Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP) se encuentra hoy sumida en una profunda crisis. Una huelga nacional convocada por sus trabajadores ha paralizado las operaciones de esta entidad, esencial para una gran cantidad de trámites ciudadanos y empresariales. Los empleados exigen mejoras salariales y el cumplimiento de acuerdos laborales que, según denuncian, han sido sistemáticamente ignorados durante más de una década.
"Hemos exigido el respeto al derecho de la negociación colectiva, la actualización y la aprobación de la nueva escala remunerativa que no se ha modificado desde hace más de una década", señaló Edwin Martínez, secretario regional de FETRASINARP, poniendo de manifiesto el descontento generalizado entre los trabajadores. A esta demanda se suma el rechazo a la designación del actual superintendente, al que acusan de generar una sobrecarga laboral que ha deteriorado las condiciones de trabajo.
Las consecuencias de esta huelga se están dejando sentir en todo el país. Miles de ciudadanos y empresas se ven afectados por la imposibilidad de realizar trámites como inscripciones de bienes inmuebles, constitución de empresas o obtención de certificaciones registrales. La paralización de los servicios de la SUNARP genera un cuello de botella en numerosos procesos administrativos y económicos, lo que podría tener un impacto negativo en la reactivación económica del país.
Ante esta situación, el gobierno se enfrenta a un desafío crucial. Debe encontrar una solución rápida y efectiva que satisfaga las demandas de los trabajadores y garantice la continuidad de los servicios esenciales que presta la SUNARP. El diálogo y la negociación son fundamentales para evitar que esta crisis se prolongue y genere mayores perjuicios a la ciudadanía.
